La Ira
Cada formación mental –la ira, la envidia, la desesperanza, etcétera- es sensible a plena conciencia, del mismo modo que la vegetación es sensible al sol. Al cultivar la energía de ser conscientes, puedes curar tu cuerpo y tu conciencia, es la energía del buda.
Esto nos lo dice el maestro budista vietnamita Thich Nhat Hanh, en "La ira, el dominio del fuego interior". Y prosigue dándonos una lección de bondad cuando afirma: En el cristianismo se dice que Jesús tiene en él la energía de Dios, del Espíritu Santo, por eso puede curar a tanta gente. Su energía curativa se llama Espíritu Santo. En el lenguaje budista, esta energía es la energía del Buda, la Energía de ser consiente. ¿Por qué has de pensar varías horas, una noche o incluso varios días sufriendo acosado por la ira? Hay una barca que te permite ir rápidamente a la otra orilla. Está barca es la práctica de volver a nosotros mismos, mediante la respiración consciente, para observar profundamente nuestro sufrimiento, nuestra ira y nuestra depresión y sonreírles. Al hacerlo venceremos al dolor e irnos a la otra orilla.
Las raíces de la ira se arraigan en la ignorancia, en las percepciones erróneas y en la falta de comprensión y compasión. Cuando das rienda suelta a la ira, simplemente estas abriendo la energía que alimenta a la ira en ti, pero sus raíces siguen estando ahí, y al expresar la ira de este modo, las fortaleces. Este es el peligro que comporta desahogarse.
Cuando actúas con compasión, no castigas ni culpas a nadie. La compasión crece constantemente dentro de ti, y puedes triunfar en tu lucha contra la justicia. Mahatma Gandhi fue una de las personas que lo hizo.
Al cabo de un tiempo, nos resultara difícil transformar y deshacer los nudos, y no podremos liberarnos de la opresión de esta formación cristalizada. En sánscrito esta formación interna se llama samyojana. Con la práctica de la meditación podemos deshacer estos nudos y experimentar la transformación y la curación.
A menudo hablamos de la conciencia como un terreno. Las semillas de las formaciones mentales se entierran en nuestra conciencia –receptáculo. Estas formaciones mentales nacen y surgen de nuestra mente conciente, se quedan ahí durante un tiempo y después vuelven a la conciencia-receptáculo bajo la forma de una semilla.
Nuestra compasión también rosa en nuestra conciencia-receptáculo bajo la forma de una semilla.
lo vi aqui
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